Javier Hermoso de Mendoza
Javier Hermoso de Mendoza
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ALGO SE MUEVE

Cuando después de tantos meses -y tantos años- ignorando el problema, la Comisión de Infraestructuras de la Mancomunidad hace un análisis adecuado y adopta una postura correcta, lo que tenemos que hacer los ciudadanos es aplaudir, animar y exigir que no cejen en su reivindicación y trabajo hasta conseguir que la autovía Pamplona-Logroño sea una realidad que, si no puede estar terminada en la presente legislatura, esté aprobada, adjudicada y con fecha de finalización aceptable.

Hacen muy bien los alcaldes y concejales en exigir el consenso de las fuerzas parlamentarias en la búsqueda de una financiación que la haga posible en corto plazo. No es su financiación un problema que atañe a los ayuntamientos, los cuales deben abstenerse de participar en el juego y las contradicciones de los partidos políticos. Contradicciones que sólo pueden dar frutos amargos: división de la sociedad navarra, y que nuestros problemas, utilizados como moneda de cambio, no encuentren rápida solución.

No debería ser necesario decir que para que en Pamplona se acuerden de que Tierra Estella existe, nuestros ayuntamientos deben tener una postura unitaria. Y no lo sería, si no fuera porque en este caso, Estella también da la nota: vemos como los representantes de los pueblos, sin que se manifieste diferencia entre regionalistas, socialistas o independientes, adoptan una postura correcta de exigencia de resultados, mientras que nuestro representante regionalista, negando la evidencia, adopta una postura que, siendo suaves, podemos calificar como servil hacia el Gobierno y entorpecedora de la labor de la Comisión. Y en cuanto a las declaraciones de la Alcaldesa, a pesar de que la prensa lleva meses tratando el tema, antes de opinar tiene que informarse (¿qué ha hecho hasta ahora en el Parlamento?), y una vez informada, como si fuera su Portavoz defender sin matices la postura del Gobierno navarro. ¿Tanto le debe, o tantas mercedes espera recibir a cambio de este y otros trabajos?

Con gracia llanera lo dijo Rómulo Gallegos en Doña Bárbara: En el mundo pasa como en los viajes, que detrás de un puntero van una porción de culateros. Duele decirlo, pero nuestro ayuntamiento parece decidido a no asumir el liderazgo que le corresponde, y, situado en el furgón de cola, intenta poner piedras en los engranajes para que el tren del progreso no pase por nuestra zona.

Calle Mayor preguntaba en la portada del nº 198: ¿Llegará la autovía hasta Logroño?. La respuesta es clara: llegará si la presión de los municipios de la merindad le obliga al Gobierno de Navarra. Todos hemos podido observar que el tramo Estella-Logroño no ha entrado -ni entra- en sus planes (lo afirmado en Estella el pasado día 13, sólo son palabras bonitas para intentar calmar los ánimos y desactivar la exigencia de nuestros ayuntamientos), como reiteradamente lo ha venido manifestando, y, por si cupiera alguna duda, ahí tenemos la variante de Estella: inadecuada para autovía y sobre la que habría que exigir responsabilidades.

Por eso, para nuestros ayuntamientos, la reunión del 13 de septiembre debe ser el comienzo de una exigencia constante y creciente hasta conseguir un compromiso firme de que la autovía Estella-Logroño se construirá en un plazo aceptable. Y un consejo: si el ayuntamiento de la ciudad del Ega -o parte de sus representantes- mantiene una actitud entorpecedora y desleal, que no transijan; que lo marginen y lo coloquen en el lado que le corresponde: el de aquellos que olvidando la defensa de sus pueblos se convierten en agentes activos de su estancamiento.

Nota: esta colaboración se publicó en el nº 199 de Calle Mayor, el 05/10/00. Comenzado el 2003, parece que la autovía va a ser un próximo hecho, no por lo que el ayuntamiento de Estella haya empujado: nunca se posicionó a favor de la misma, manteniéndose la mayoría de sus concejales como simples espectadores de lo que hacían sus partidos en Pamplona. Yo me alegro de que la autovía hasta Logroño sea una próxima realidad. Ojalá en todas mis críticas pudiera rectificar como en esta, con la satisfacción de haber tirado del carro. Sólo tengo una incógnita: ¿cuánto le debemos, en este tema, al fallido vertedero de Los Arcos?

ARRIBA © 2003-2005 Javier Hermoso de Mendoza